Sé feliz. No mires al lado. No te preocupes por mí... Porque si tú eres feliz, yo lo seré, obervándote. Y no me importa si suena cliché.
Yo pienso en ti. Tú piensas en esa otra persona.
Y no me duele... después de todo, tienes todo el derecho a amar a quien desees. Y no, no me duele no ser yo a quien ames.
Más me duele el hecho de que seas tú a quien yo amo.
No te preocupes, no me estás hiriendo. Soy yo quien se lastima, al no saber qué hacer.
Porque tengo miedo de que esto acabe como no debería... Y al final mi cielo se nublará nuevamente.
Sigo necesitando el sol, aunque queme.
No he llorado por amor... Pero sí por miedo. Miedo a perderte. Miedo a que desaparezcas. Miedo a continuar arruinándolo.
Miedo a tantas cosas...
¿Y tú? ¿Alguna vez has sentido miedo?
Te envidio. Envidio la forma en que puedes fingir, pasar del dolor tan fácilmente, y esconderlo.
Sí, te envidio. Pero a la vez, te admiro.
Yo sólo quiero tenerte conmigo. Que te conviertas en esa persona que me dará fuerzas. Que me brindará su amistad cuando la necesite...
Y siempre soñé que fueses eso. Pero lo arruiné, una vez más.
Aún así, eres una idiota.
Pareciera que muchas cosas las haces con la intención de lastimarme... y lo estás logrando.
No te puedo pedir que cambies. Pero tomaré mi distancia, como alguna vez lo hiciste en el pasado.
De verdad, quería ser algo importante... Y aunque no lo conseguí, al menos sé que por un momento de tu vida, fui especia. Hasta que te acostumbraste a mí. Por mi parte, no pude acostumbrarme a ti. Cada día al verte era una nueva sensación de alegría que me embargaba completamente. Cada roce, cada abrazo, todos esos besos que aún sigo reteniendo en mi mejilla... eran para mí la luz del sol.
Pero todo desapareció. Todo cambió.
Nunca más he vuelto a encontrarme con esas caricias en la cabeza o rostro; ni esos largos y fuertes abrazos que expresaban un montón de sentimientos sin decir palabras; ni tus cálidos labios en mi mejilla, como una pequeña, ínfima, diminuta, muetra de cariño.
Ahora todo está más frío, aunque sigue presente.
Y ahora que se ha revelado el secreto... Es como si el polo norte hubiese ingresado.
No quiero obligarte a nada. Preferiría que olvidases todo favor que te pedí, toda palabra que te dije... e hicieras lo que tu quisieras.
Si te quieres alejar, puedes hacerlo. Si quieres cambiar, puedes hacerlo. Si quieres volver a ser como eras antes de mí, puedes hacerlo. Si quieres correr tras tu pequeña estrella... puedes hacerlo.
No prometo no llorar. Pero prometo no interferir...
Porque me rindo fácil. No esperé nunca nada, las cosas fueron como las imaginé, como las desee... no como soñé, pero sí como lo creía.
Asi que estás en todo tu derecho de hacer uso de tu libertad.
Lloraba la Luna porque a la Estrella la querían más...
La Luna no volverá a llorar. Pero sí, lo hizo en el pasado.
Ahora, la luna se oscurece. Gira nuevamente, y se esconde en el horizonte.
No es una despedida... Dejaré que el tiempo diga todo, como siempre o he hecho.
Pero es hora de volver a usar máscaras... Y ver cuánto puedo resistir.
¿Puedo decir algo antes de acabar?
Te amo.
Y ese fue un hermoso sentimiento que no ovidaré... que aguna vez sentí. Pero sí quizás deba ovidarlo ahora, para poder continuar avanzando.
Se acabó el viaje para mí. Pero estaré siempre a tu alcance.
Porque me rendí rápido. Antes de comenzar, mi carrera estaba perdida.
Pero esperaré... quizás tu mano amiga vuelva a tomar a mía. Como así también puede guardarse en tu bolsio, girarse y huír. Quién sabe.
Sólo voy a esperar... una respuesta.
Pero sin formular pregunta alguna.
Llegó el tiempo de un cambio...
lunes, 5 de julio de 2010
Sé feliz
Publicado por
Shiana
en
21:53
0
comentarios
Tiempo
No puedo creer que llevo tanto tiempo sin escribir... Pero vaya que lo he necesitado.
Han ocurrido tantas cosas... Me di cuenta de varios detalles que antes intenté evitar, y ahora no puedo hacer más que aprender a vivir con ello.
Lástima que arruinó lo que más feiz me hacía.
Yo quería estar con esa persona siempre... Que su sonrisa, a verdera, formase parte de mi día a día. Finalmente, cumplí ese deseo... Y ahora, luego de muchas cosas que han sucedido, resulta que estoy haciendo mal las cosas.
...No puedo evitar pensar en el pasado. En que en momentos como estos, de verdad desearía poder retroceder el tiempo, y evitar un montón de cosas.
Quizás, de esa forma, no habría arruinado una amistad tan hermosa.
Al final, el hilo fue cortado, y yo tengo las tijeras.
No puedo huír, ni quiero hacerlo. No puedo desaparecer, correr, esconderme... No puedo, ni debo. Tengo que ser capaz de enfrentar mis cosas ahora.
Pero de verdad estoy triste...
Creí que estaba desapareciendo ese sentimiento, que había logrado controlarlo, y no volvería a lastimarme.
Creí que había madurado, y que las conversaciones no serían tan dolorosas...
Y así era.
Hasta que volviste a abrir a boca.
Si realmente la amistad se acabó, prefiero saberlo ahora, y no enterarme después.
Porque si es así, estás siendo cruel...
Por favor, habla.
Dime qué debo hacer... porque ahora eres TÚ la única persona capaz de decirme qué debo hacer.
Ven...
___
Perdóname, por ser inconsciente.
Perdóname, por aquellas mentiras.
Perdóname, por el dolor que te he podido causar.
Perdóname, por el dolor que te estoy causando.
Perdóname, por el dolor que te causaré.
Perdóname, por no explicarme bien.
Perdóname, por ser tan cerrada.
Perdóname, porque al empezar a abrirme, te he dañado.
Perdóname, por no demostrar cuánto te quiero.
Perdóname, por cerrar mis ojos y dañarme con el dolor de una puñalada.
Perdóname, por preocuparte.
Perdóname, por no servir de nada más que un par de simples oídos.
Perdóname, por no saber qué hacer ni decir cuando necesitabas algo de mí.
Perdóname, por ahorrarme tantas palabras que debí decir y no lo hice, por temor a lastimarte.
Perdóname, por toda molestia.
Perdóname, por cada palabra que asemeje a una puñalada.
Perdóname, por no creer tus verdades.
Perdóname, por sufrir tus mentiras.
Perdóname, por mi cobardía.
Perdóname, por dudar.
Perdóname... Por pedirte perdón.
Publicado por
Shiana
en
21:32
0
comentarios